Con un fútbol bastante pobre, poca reacción ofensiva, una defensa totalmente perdida, sin contar la mala actuación de sus laterales, y unos refuerzos que en ningún momento se hicieron sentir, Deportes Tolima termina su historia en la Copa Sudamericana.
El conjunto ‘Vinotinto y Oro’ ha vuelto a fracasar en un torneo internacional, todos los buenos resultados que lleva en Liga y Copa Águila, de nada sirvieron. Deportivo La Guaira volvió a complicar a los ‘Pijaos’, lo que parecía un problema menor y falta de concentración, se convirtió en el fin prematuro de una ilusión, que brillaba en los ojos de toda una afición, tal parece que el buen momento de los jugadores no se hizo sentir, en este partido que definía el inicio de un largo camino hacía un objetivo bastante grande.
Hoy se terminó esta corta historia en la Sudamericana, se acabó el sueño, y ahora habrá que aprender de los errores, desde el partido de ida se notaron las falencias que hoy fueron más grandes, las malas entregas, los errores en las marcas, la mala reacción, son cosas que al presentarse en una misma ocasión pueden ser determinantes para la derrota en el campo de juego.
Apenas se daba el pitazo inicial y en la primera llegada del club venezolano, los ‘Musicales’ fueron testigos de cómo se les empezaba a alejar el objetivo, a los tempranos dos minutos del primer tiempo, en una jugada desafortunada en la que fueron protagonistas Banguero y Mosquera. El primero de ellos por el pésimo partido que tuvo, además de la influencia que tuvo en el gol, gracias a su pasividad defensiva, y el segundo por encontrarse en el lugar equivocado, tratando de cubrir el error de un compañero, cometiendo uno más grande.
Con el autogol el ‘Vinotinto y Oro’ no reaccionó como se esperaba, antes se vio todo lo contrario, prácticamente le dio vida a los venezolanos para que liquidaran el partido, quienes a su vez, no pudieron concretar las buenas jugadas colectivas que tuvieron, ya sea por mala definición, o por la impecable actuación del guardameta Joel Silva, que de no haber sido por él, el resultado sería mucho peor para los tolimenses.
En el complemento los cambios no dieron frutos, las cosas siguieron iguales, Aquino, que en artículos pasados resaltamos su labor, esta vez ni se vio, Arroyo y Vargas, tampoco mejoraron la línea ofensiva, que se vio bastante pobre en el transcurso del juego, con algunos chispazos que ningún efecto hicieron, mostrando débil la delantera ‘Pijao’ liderada por Rodríguez, que se notó más por algunas faltas que por sus llegadas.
Al final del partido los jugadores poco interés mostraron por empatar, en sus caras se veía el cansancio y la resignación, ya no querían competir más, ya daban por finalizada su participación, quedando en deuda con toda una afición, y los reproches de todo un cuerpo técnico que se cansó de exigir, al ver que el juego ya no daba para más, conformándose con las competiciones locales, en las que deberán pagar la deuda pendiente en la primera fase de la Sudamericana.