Por: Mario Alejandro Rodríguez (alhejo@periodistas.com)
Por lo visto a noche anterior en el Manuel Murillo Toro la suerte y algo más estuvo a favor del Deportes Tolima para vencer por 1 a 0 al Boyacá Chicó y de paso acomodarse en el liderato del grupo A de los cuadrangulares semifinales con ocho puntos de 15 posibles.
Parecía que pese al gran trabajo de Miguel Caneo, y la compañía en ataque de Móvil y Marco Pérez la pelota no quisiera ingresar. El primer remate que estuvo a punto de dañar la fiesta “pijao” en el “Coloso de la 37” estuvo a cargo del volante argentino, que aprovechó un error de Jair Arrechea y a la salida de Bréiner Castillo la impactó contra la humanidad del portero local.
La segunda opción estuvo en los pies de Marco Pérez. Sólo tenía que empujarla tras el anterior remate de Caneo que quedó vivo en la línea de gol, pero la viveza del defensa central Arrechea en la evacuación del esférico impidió la caída de la valla tolimense. El zaguero tuvo la posibilidad de enmendar su falta en la jugada anterior donde dejó “pagando” a “Brecas”.
Y la tercera opción concreta de anotación visitante tuvo de nuevo como protagonista a Caneo; esta vez de golpe de cabeza por poco la emboca al fondo de la red, lo que hubiera sido la eliminación del cuadro musical de toda chance de ser finalista.
De resto, fueron jugadas con menor peligro, pero que mostraron serias falencias defensivas del dueño de casa, más aún cuando se vio obligado a buscar el resultado a toda costa. La creación tuvo fallas considerables, y un Marrugo sobre revolucionado (producto del desespero) y con intención de “echarse la responsabilidad al hombro” fueron las características del juego para Hernán Torres y sus muchachos.
Para destacar nuevamente la entrega, el sacrificio y el desborde por la lateral derecha del capitán, Gerardo Vallejo; ya que fue por ese sector de campo que el Tolima comenzó a hilvanar su fútbol vertical y a romper líneas rivales. Se nota que el jugador antioqueño ha retomado e nivel que lo llegó a ser seleccionado colombiano en la era de Jorge Luis Pinto.
Capítulo aparte merece la actuación de “BRECAS” Castillo. El golero nariñense demostró que arquero que viene al Tolima se convierte en figura indiscutible del club y con sendas atajadas resguardó el cero en su cancha.
En lo que concierne a la delantera vale acotar que no se tuvo fina la puntería. Medina, en las tres opciones, la envió muy lejos del arco defendido por Noriega, mientras que Arizala en una posibilidad no concretó como se le conoce. La presión ejercida desde distintos entornos era demasiada y esto pudo haber afectado el rendimiento de estos dos atacantes.
Menos mal Monsalve y su buen juego aéreo salvaron la papeleta frente a los boyacenses. La fórmula que anteriormente tenía como protagonista en el pasado a Arrechea tuvo a Davinson como “héroe” y resolvió un partido más que vibrante, agónico.
El sueño de la segunda estrella está más vigente que nunca y el domingo en la capital de la república la escuadra ibaguereña dejará el todo por el todo en pro del objetivo: la gran final. Al frente un rival, nada fácil, que ya le amargó dos semifinales al “vinotinto y oro”; Equidad Seguros. Lo acontecido ayer es quizás la suerte de campeón que está del lado de este grupo de jugadores y cuerpo técnico.