Por: Mario Alejandro Rodríguez (alhejo@periodistas.com)
Es innegable que la gran mayoría de la afición del Deportes Tolima suele perder el norte ante los resultados negativos; más si éstos se dan en condición de local. Aparecen de sus bocas las especulaciones y las hipótesis sobre el futuro del equipo o sobre su desempeño, algo que por derecho pueden hacer. Pero hasta ahora va una fecha del campeonato y muchas situaciones se pueden presentar, es por ello que la CALMA y la PACIENCIA para con el grupo de jugadores no puede desaparecer apenas transcurridos noventas minutos.
Como primer punto de análisis se encuentra la falta de una pretemporada en la primera plantilla. La conclusión del primer campeonato a 15 días del comienzo del segundo y la participación del “pijao” en la fase semifinal apenas dejó como descanso para los jugadores y cuerpo técnico un lapso de un poco más de la media semana, lo que aún tiene con desgaste a los integrantes del elenco tolimense.
Es lógico que equipos como Quindío, Millonarios, América, entre otros muestren buen fútbol y plena disposición física porque hace cerca de dos meses no tenían competición oficial. Tuvieron ese tiempo para reacondicionar a sus elementos y para incorporar a sus nóminas nuevos integrantes en pro de pelear cada uno el rótulo de campeón.
El segundo aspecto a tener en cuenta tiene que ver con los refuerzos. Milton Rodríguez, Luis Alberto Perea, Iván Corredor y Robinson Cañas sólo llevan dos semanas en el conjunto ibaguereño, y es normal que todavía tengan falencias en el funcionamiento del grupo. No se puede pedir un arranque perfecto cuando hay nuevas “fichas” por acoplarse a un sistema y mejorar la resistencia atlética con la que llagaron al club.
El tiempo de espera hay que darlo sin duda; no obstante, no se pueden dar tantas ventajas a los rivales que se avecinan mientras se logra el reacondicionamiento. Hay jugadores en el club, que llevan continuidad en la escuadra, que no presentan su mejor nivel. Un caso específico es el volante Gustavo Bolívar, al cual sería ideal darle un descanso en la titular: para el bien del colectivo y para el mismo roce del profesional con la hinchada por su regular momento.
El tercer ámbito es la apatía de los seguidores del club, por el indeseado cierre en los cuadrangulares y el mal comienzo del segundo certamen. Entendible es el DOLOR que produjo la frustración de las aspiraciones finalistas, pero no se puede despotricar a priori de un proceso que tomará seguramente otra consistencia y otro aire.
Es allí donde la serenidad debe permanecer, junto a la fe y la ilusión de un buen semestre para Torres y sus muchachos. Este cuerpo técnico ya acalló nuestros comentarios negativos en el pasado y ha vuelto a ganarse la confianza de los medios. No es un secreto que el resultado del domingo anterior fue abultado, pero es momento de “pasar la página” y mirar las diecisiete jornadas que restan del Mustang 2.
En la reclasificación el “vinotinto y oro” se encuentra en la tercera casilla con 40 puntos, con una excelente opción de disputar un cupo a un evento internacional. Por ello hay dos frentes en los que Tolima hará presencia, si tiene (claro está) el apoyo de su fanaticada. Se viene el clásico regional, y de paso la oportunidad perfecta para repuntar en la tabla. Este tiene que ser el semestre de la REINVIDICACIÓN.