Por segunda vez consecutiva el gran favorito, en este caso la Hungría de Ferenc Puskas y Sandor Kocsis, se fue con las manos vacías. Los magiares llegaron con un invicto de 28 partidos, incluyendo una consagración en los Juegos Olímpicos.
Como la Fifa cumplía sus 50 años, se decidió que el país donde la entidad tenía su sede organizara el mundial. Fue el primer torneo con transmisión televisiva.
La calidad del fútbol fue excepcional y se marcaron goles al por mayor: un total de 140 en los 26 partidos.
Uruguay finalmente se presentó en el Viejo Continente y dio cuenta de Inglaterra por 4-2 en los cuartos de final. Pero no pudieron con el poderío húngaro y perdieron por idéntico marcador en las semifinales. Se trató de la primera derrota de los uruguayos en un mundial.
Hungría, que había derrotado por 4-2 a Brasil en los cuartos, en un duelo que fue bautizado como la "Batalla de Berna". Un penal que puso en ventaja 3-1 a Hungría enardeció los ánimos de los brasileños. Tampoco ayudaron las expulsiones del brasileño Nilton Santos y del húngaro Joszef Boszik por pelear. Las grescas prosiguieron hasta los vestuarios.
En la final, todo hacía pensar que Hungría no tendría dificultades ante Alemania Occidental, sobre todo porque le había ganado 8-3 en la primera ronda. Puskas salió a jugar pese a una lesión en la rodilla y Hungría se puso arriba 2-0 antes de los 8 minutos con tantos de Puskas y Zoltan Czibor. Alemania, sin embargo, empató antes del descanso con los goles Max Morlock y Helmut Rahn. El mismo Rahn metió el definitivo a seis del final.
Fue una victoria que trascendió más allá de lo futbolístico. Convertido en un país sumido en la ruina tras la Segunda Guerra Mundial, Alemania reencontró su sentido como nación por medio de su seleccionado.
Campeón: Alemania
Subcampeón: Hungría
Tercero: Austria
Cuarto: Uruguay
Máximo goleador: Sandor Kocsis, Hungría, 11