POR: MARIO ALEJANDRO RODRÍGUEZ (alhejo@periodistas.com)
En todo un drama se ha convertido la entrada de menores de edad a los partidos de local del Deportes Tolima. Los pequeños que oscilan entre 7 y 10 años padecen la desdicha de ser rechazados en muchos de los casos en la entrada del escenario deportivo, cuando en compañía de sus padres se les niega la entrada por la Policía Nacional, sin superar la línea que les asegura su ingreso en forma gratuita en las puertas disponibles para cada una de las respectivas tribunas.
¿Por orden de quién? No se sabe, ya que las autoridades encargadas de garantizar seguridad del espectáculo se ponen en coordinación con días de antelación con los dirigentes del club pijao con el fin de "permitirles libremente" el paso como el máximo accioncita del vinotinto y oro, Gabriel Camargo así lo estipuló desde inicio de torneo.
Pero, como saber quién miente y quién no. En este dilema no hay un culpable determinado, sino la responsabilidad se divide entre las autoridades y el club. La policía quizás es la de la falla debido a que no entera a sus efectivos de las normativas para los infantes, o tal vez es el mismo Deportes Tolima, a través de su gerente Ricardo Salazar el que no notifica la determinación con las personas encargadas de la logística en el ingreso a las graderías. En todo caso el corazón del niño que por primera vez sueña con ver al equipo que sus padres quieren, con el que han oído hablar durante su corta existencia se rompe en mil pedazos. De ahí que tengamos en nuestra cuidad menores que prefieran seguir a otros clubes; caso Nacional, Millos y América que son ampliamente populares por su rica historia y por sus vitrinas llenas de trofeos de toda índole.
Es importante dejar en claro que este fenómeno que posee la hinchada del D.T. no parte solamente del ingreso del nuevo aficionado al coliseo como anteriormente he explicado, sino de la falta de incentivo por parte de las directivas de la institución profesional, en lo que concierne entre otras iniciativas a la carencia en la organización de semilleros de seguidores que se conviertan en el futuro, en la voz viva que saque adelante esta pasión cuando no estemos presentes. Hasta donde tengo conocimiento sé que a la Alcaldía Municipal se le otorgan 300 pases para los niños, pero no se tiene certeza que se hace exactamente con ellos, si realmente se entregan a los chicos a los que van dirigidos o se desperdician entre las dependencias administrativas del palacio de la 10.
A manera de anécdota quiero compartir con ustedes como alguna vez yo fui al estadio a ver al Tolima con mis compañeros de clase GRATIS, invitado por el club y por la Alcaldía. Era el año 2004 y a nuestro colegio llegó la invitación de que 300 de nosotros podíamos ir a ver al elenco musical sin pagar nada más que nuestros transportes, en encuentro celebrado contra el recién ascendido Chicó F.C. a pesar del resultado (0-0), esa imagen a muchos de nosotros de compartir con nuestros amigos del club del que somos hinchas nunca se nos borró de la mente. En ese entonces se llevaba a distintas Instituciones educativas a disfrutar del Futbol Profesional, pero lastimosamente con el tiempo esta campaña tan hermosa se perdió, y los chicos y jóvenes a los cuales se les había mostrado un mundo nuevo vieron después como el mismo les cerraba las puertas.
Y ¿Por qué no volver a emprender esta labor ahora?, aún más, ¿por qué no llevarles a su ídolos, los mismos que baten en la cancha por la camiseta vinotinto a la escuela o colegio donde estudian? Sería la mejor estrategia de mercadeo dirigida a esta pequeña edad, como también al sector adolescente. No basta sólo con dictar medidas, también hay que verificar y hacer que se cumplan en el caso de los pequeños a los que se les rechaza en el Murillo. Esta es una pequeña muestra de cómo se puede complacer el anhelo de un “minifanático”.
Nos quejamos porque la gente no va a ver al equipo, pero pocas veces nos ponemos a pensar las razones que influyen a esta negativa, las causas del ausentismo en las tribunas y esta es una de ellas, ¡HEMOS DESCUIDADO NUESTROS NIÑOS! En momentos de crisis económica no es bueno desechar las ilusiones de cientos de corazones que quieren latir al ritmo del bunde, en la cancha sanamente, muchos al lado de sus padres en familia como lo viejos tiempos, los mismos que vivimos cuando también fuimos niños y alcanzábamos el mundo con las manos.