A veces, el fútbol nos recuerda que los errores del pasado no siempre se quedan atrás. Este 2024, el Deportes Tolima nos ha dejado una muestra clara de lo que sucede cuando no se afrontan las competencias con seriedad, especialmente en un torneo que alguna vez fue sinónimo de gloria para el club. La eliminación en los octavos de final de la Copa BetPlay no solo es una derrota en términos deportivos, sino también un golpe duro para la afición y un reflejo de los problemas estructurales que vive el equipo.
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Una serie que nunca se tomó en serio
Todo comenzó en la ida, cuando el Deportes Tolima, jugando en casa, optó por una alineación ligera, con una nómina que claramente no estaba a la altura del reto. David González, técnico del equipo, decidió apostar por algunos jóvenes y jugadores alternativos, una decisión que desde ese momento dejó dudas sobre las verdaderas intenciones del club en esta competición. El resultado: una derrota 2-1 ante Deportivo Pasto que sentó las bases de lo que sería un fracaso anunciado.
Lo que ocurrió en el partido de vuelta fue solo la confirmación de que el Tolima no estaba preparado para luchar por un puesto en los cuartos de final. Apenas a los tres minutos, el volante Juan Castilla del Deportivo Pasto anotaba un gol que dejaba a los dirigidos por González prácticamente contra las cuerdas. Fue un gol que evidenció una vez más las falencias defensivas del Tolima, donde el arquero Juan Camilo Chaverra no pudo hacer mucho para evitar el disparo que se coló en su portería.
Una reacción tardía y poco convincente
El Tolima intentó reaccionar, y al minuto 30 Carlos Esparragoza logró empatar el partido, lo que le dio un pequeño respiro al equipo. Sin embargo, ese gol fue apenas un oasis en medio del desierto. El marcador global seguía 3-2 a favor de Pasto, y aunque aún había tiempo para buscar el empate en la serie, el equipo de Ibagué no mostró la energía ni la determinación necesarias para dar vuelta al resultado.
Los cambios realizados en el segundo tiempo, como el ingreso de Juan Pablo Nieto y Yeison Guzmán, no lograron el impacto esperado. La ofensiva del Tolima se fue diluyendo con el paso de los minutos, sin generar peligro real en el arco defendido por Diego Martínez. La jugada más destacada fue un tiro libre de Guzmán que terminó estrellándose en el poste, lo que reflejó la frustración de un equipo que no encontraba la manera de hacer daño.
Al final, los esfuerzos fueron en vano. El árbitro dio 8 minutos de adición, pero apenas se jugaron, y el pitazo final sentenció la eliminación del Tolima, confirmando el paso del Deportivo Pasto a los cuartos de final.
Un fracaso más en el 2024
No se puede hablar de esta eliminación sin mencionar el descontento de la afición. La Copa BetPlay no es solo un torneo más; es una competencia que el Tolima ya ganó en 2014, y la expectativa siempre es volver a ser protagonista. Sin embargo, lo que vimos fue todo lo contrario: un equipo sin ideas, con decisiones tácticas cuestionables y una evidente falta de ambición.
David González, en una actitud que muchos consideran desafiante, ha defendido su postura de haber utilizado una nómina alterna en el primer partido. «No me arrepiento», declaró en varias ocasiones, justificando la necesidad de rotar jugadores debido a la carga de partidos. Pero lo que para él puede parecer una gestión pragmática de la plantilla, para la hinchada es una clara falta de compromiso con el club y la competencia.
El técnico también ha sido contundente en que su objetivo principal es la Liga BetPlay, donde aún tienen posibilidades de clasificar a los cuadrangulares semifinales. Sin embargo, las dos eliminaciones en torneos importantes este año —primero en la Copa Sudamericana y ahora en la Copa BetPlay— han dejado una sensación amarga que no se borra con simples promesas de mejor rendimiento en la liga local.
¿Qué sigue para el Deportes Tolima?
Con la eliminación de la Copa, el Tolima ahora debe concentrarse exclusivamente en la Liga. La obligación es clara: no solo basta con clasificar a los cuadrangulares, sino que el equipo debe demostrar que tiene lo necesario para llegar a la final y competir por el título. Tras dos intentos fallidos, la presión está sobre los hombros de González y su cuerpo técnico, que tendrán que trabajar mucho más si quieren recuperar la confianza de la afición y devolverle la esperanza a un club que no ha tenido el mejor de los años.
Pero para que eso ocurra, el equipo necesita más que buenos deseos. La falta de consistencia, la mala toma de decisiones y, sobre todo, la falta de liderazgo en momentos clave, han sido problemas recurrentes en esta temporada. Si el Tolima no es capaz de corregir esos errores, es probable que el fracaso en la Copa BetPlay sea solo uno más en una lista que podría seguir creciendo.
En el horizonte, el próximo reto será enfrentar como visitante al Deportivo Pereira en la fecha 13 de la Liga Betplay este lunes 7 de octubre . Es una oportunidad de oro para demostrar que el equipo aún tiene vida y que está dispuesto a pelear por algo más este año. No obstante, los hinchas ya no se conforman con palabras; quieren ver resultados en la cancha, y solo el tiempo dirá si David González y su plantel están a la altura del desafío.