Por: Mario Alejandro Rodríguez (alhejo@periodistas.com)
La derrota como local frente a Juventud Soacha del día de ayer por marcador de un gol a cero acabó con los sueños de clasificación a la segunda fase del Deportes Tolima en la Copa Colombia. En las dos ediciones que hasta ahora marcan la historia del evento que reúne a las divisiones de fútbol profesional de Colombia, el “vinotinto y oro” ha quedado eliminado en la primera ronda.
Cinco puntos de 24 posibles, es decir un rendimiento del 20,8 % demuestran la mala campaña del equipo en este certamen en la actualidad. La falta de definición en las múltiples opciones generadas por juego, y falencias en zona defensiva fueron quizás los dos factores que más influyó en este pobre palmarés del año 2009.
La derrota de la segunda fecha en el Manuel Murillo Toro ante el Deportes Palmira marcó este camino de infortunio del grupo comandado por los estrategas Carlos Gregorio Pimiento y Hernán Torres. Le siguieron también, la caída en Neiva ante Atlético Huila y frente a Deportivo Pereira (en su predio) y la derrota ante Palmira en tierras vallecaucanas.
Pese a los empates logrados en condición de visitante (1-1 frente a Pereira en el debut y 1 -1 ante Juventud Soacha en la tercera jornada) y la victoria ante Expreso Rojo en el estadio de la 37 los números no acompañaron al equipo tolimense. Al igual que en la versión anterior del campeonato nacional, las cifras no cuadraron para el Tolima, que entró a depender de resultados de terceros en forma prematura.
Pero no todo puede ser malo. Por ejemplo, como balance de esta última presentación ante el equipo cundinamarqués, queda el juego interesante del volante antioqueño Robinson Cañas. La conducción del esférico, la abertura de juego, la labor recuperadora y el remate en media distancia lo hace un buen prospecto para el equipo A.
También queda en la retina del aficionado, el trabajo del lateral izquierdo Juan Felipe Bolaños. Tiene salida, valentía para encarar al rival, y sobre todo buen centro hacia los delanteros. Ojalá sea tenido en cuenta prontamente para ser integrante del grupo principal del club; considerando que es producto de las inferiores de la institución local.
Se trató de despertar tarde de una situación que tenía un destino sentenciado a pulso, como los malos estudiantes que dejan sus obligaciones para el final. La fase de grupos sin dudad es larga, para la cual se necesitaba un compromiso total desde la primera fecha, y unos objetivos claramente definidos sin subestimar a los rivales. Tal vez estas características se cumplieron en el grupo de profesionales, aunque en el césped no se haya revalidado como se esperaba.
Los resultados son los que mandan en el balompié, y por tal motivo una verdad no puede ser cambiada por más que le duela al hincha: ya son dos los fracasos en la Copa Colombia Postobón.