POR: MARIO ALEJANDRO RODRÍGUEZ (alhejo@periodistas.com)
Después de muchos años de espera en pro de una verdadera propuesta de marketing en el club pijao y de las múltiples voces de protesta por parte de los aficionados y periodistas ante la carencia de alguna acción seria frente al tema, al parecer se comenzará a trabajar en ello, mediante el programa “Hincha más fiel” desarrollado por la firma antioqueña Servicios Integrales S.A. mediante tarjetas de fidelización.
Durante décadas, llenas de penurias y sufrimiento en la parte monetaria por falta de recursos sólidos, nuestro equipo no ha conocido lo que es tener un sistema serio de marketing y explotación de la marca “Deportes Tolima”, que le permita generar ingresos económicos que contribuyan a su sostenimiento. No se sabe si antes de que la empresa paisa se ofreciera a trabajar en un proyecto las directivas tenían en mente este término, o se les había cruzado por l cabeza iniciar alguna iniciativa para motivar, estimular y capturar al fanático integrándolo a un concepto más amplio de “club“.
En este aspecto, a manera de doloroso ejemplo, equipos como Once Caldas y Equidad Seguros nos han tomado demasiada ventaja. Estos clubes, a diferencia del Pijao que cuenta con menos de seis personas para realizar todo lo correspondiente a su razón social, cuentan con un completo equipo de trabajo subdividido en áreas, cada una con su respectivo gerente.
En el caso local, que nos compete, tenemos a lo que se llama un “hombre orquesta” que es Ricardo Salazar, encargado de organizar desde los itinerarios de la plantilla, los sueldos de los jugadores hasta los operativos para la logística y preparación de un cotejo. Esa sobrecarga en sus deberes ha hecho que muchas aspectos relacionados con el equipo estén fallando deforma considerable.
Tocando la magnífica organización del Once, podemos destacar como pequeños detalles que marcan diferencia con la situación del club de Ibagué en como ellos tienen un periódico oficial representativo de la institución, la página web OFICIAL, y una tienda deportiva donde las camisetas, souvenirs, banderas entre otros artículos hacen parte del diverso y variado universo de productos que son ofrecidos a los hinchas; aparte de los ingresos obtenidos en sus divisiones menores, por conceptos de mensualidad y sumando lo referente a los abonos para la temporada del “Blanco” como local.
Una corporación así no pude sufrir de problemas económicos como los padece cada año el D.T; tolerados quizás por la ausencia de un verdadero proyecto corporativo, y por la búsqueda incansable de patrocinadores que “salven la papeleta”. Pero en este análisis de por qué no se había intentado nada antes volvemos al mismo punto de inflexión de la mayoría de las problemáticas del vinotinto y oro: los hinchas no responden ante la buena campaña del elenco, los aficionados son fríos y clasiqueros, los seguidores no apoyan, etc.etc.etc.
¿Por qué las directivas se han dormido en cuanto al tema? O mejor ¿por qué no hacer el intento de reestructurar la parte administrativa? No soy experto en el tema, pero hinchadas en el pasado menores que la existente en Ibagué crecieron asombrosamente gracias a un plan de trabajo de sus clubes encaminado a la expansión y consolidación de más que un equipo, un nombre registrado que de rentabilidad. Hasta ahora ¿Cuál había sido el temor a innovar algo nuevo en el Tolima? con certeza no se sabe. Caótica es la carencia de objetivos claros que tracen el sendero a seguir por parte de la Corporación tolimense.
Quizás Gabriel Camargo, el presidente de la Corporación club Deportes Tolima, el mismo que presuntamente ha aportado su capital y parte de su vida a esta pasión, como también algunos de sus más cercanos colaboradores no ha tenido (o no ha querido) la intención de arriesgarse mas allá de pedir un buen sponsor cada vez que puede.
Lo más triste es que ante la fantasmal ausencia de espectadores en los partido de local del Pijao, cada vez más el “senador” tiene razón en su negativa de crear, de proponer debido a que de antemano saben los pésimos resultados. Aunque debería ser su OBLIGACIÓN no la cumple porque los seguidores de la institución, que también deberían acompañar a su equipo en toda circunstancia y lugar no lo hacen.
Como reza el adagio popular: “más vale tarde que nunca” y con mucho retraso se comienza trabajar en algo que puede no ser un aporte significativo a al club, pero si un muy simbólico, porque podría ser el inicio de un giro trascendental en la mentalidad cerrada del mismo, que se negó al cambio de sus políticas sin conocerse aún una razón precisa.