Por: Mario Alejandro Rodríguez (alhejo@periodistas.com)
Después de la dolorosa y polémica derrota en la ciudad de Envigado frente al conjunto “naranja” por un gol a cero, el Deportes Tolima inicia una nueva historia en este comienzo de semana, en pro de acercase al primer objetivo: la clasificación al selecto grupo de los ocho mejores de Colombia.
El grupo de jugadores es consciente de que la caída ante el Envigado F.C. fue un pequeño bache en el largo camino hacia el titulo, pero es importante que lo hinchas pijaos también lo vean así. Si se es claro en la realidad del campeonato, en el juego de eventos que pueden acontecer, el cuadro musical puede perfectamente conseguir su tiquete de cuadrangular ganando dos de los tres juegos que le restan en la fase regular en su predio.
Y si al frente se tiene un rival eliminado qué mejor que volver a demostrar la jerarquía y la eficacia reflejada en el transcurso del certamen en el Coloso de la 37 donde el vinotinto solo ha cedido tres puntos de los 18 disputados en casa; en un torneo de características tan variables y contradictorias como el Mustang 1.
En este momento crucial del campeonato, donde las posibilidades para algunos equipos disminuyen, y tienen que recurrir a las famosas matemáticas para seguir “con vida” y opción de estar presente en la fiesta semifinal, es NECESARIO por parte del hincha de comenzar a valorar y apoyar la campaña del club ibaguereño, con la presencia numerosa de espectadores en las graderías del Manuel Murillo Toro.
Para nadie es un secreto que el D.T. depende en un gran porcentaje de las asistencias al Murillo, que por cierto no son las mejores a pesar de la privilegiada posición del conjunto en la tabla general, donde es tercero con 23 puntos a uno del líder, Junior de Barranquilla. También se conoce motivos socioculturales que influyen en que el promedio de hinchas sea tan bajo: desempleo en la ciudad, índices altos de pobreza, violencia en los estadios entre otros.
El problema es cuando se recurre a estos graves argumentos para justificar una actitud PASIVA y NEGLIGENTE en pro de acompañar y alentar a un elenco que por tradición durante los últimos ocho años ha sido protagonista de primer orden del rentado nacional. No se puede seguir en la burda palabrería y la costumbre de la disculpa para “sacarle el cuerpo a la responsabilidad”; es momento justo para empezar a cambiar un sendero que puede tener condiciones nefastas para nuestros intereses como ciudad.
¿Intereses como ciudad? Si, así como está escrito porque es vital en nuestro contexto que una ciudad capital tenga fútbol profesional en sus escenarios. Este espectáculo es el culpable de mover todo un sector de población DEPENDIENTE económicamente de su devenir. Lo hemos podido observar cuando el cuadro tolimense se ha quedado prematuramente de la fase semifinal. El interés por el futbol cae, la venta de los diferentes productos relacionados con esta práctica también y la ciudad pierde protagonismo en los distintos medios de comunicación (sean estos radio, prensa TV en internet).
Es singular como ciudades como Santa Marta desaparecieron de la escena deportiva nacional simplemente por perder la opción de contar con un club profesional en primera división mediante resultados en la cancha. Lo mismo nos podría pasar a nosotros (sin tratar de ser apocalíptico) si la gente no crea un sentido colectivo de acompañamiento y dolía en torno a este emblema de la ciudad y el departamento.
Se sabe que el manejo que se le da al club desde la parte administrativa no es el ideal, por parte Gabriel Camargo y sus colaboradores. Este tema parece ser trillado, pero con las tribunas sin coparse totalmente en partidos “Triple A” se fundamentan todas y cada una de las decisiones y declaraciones que tome y diga el máximo accionista del club con respecto a la situación financiera del mismo porque como lo he dicho anteriormente la afición no muestra el SENTIDO DE PERTENENCIA y el AMOR para con su institución.
El sentido de GRANDEZA, ese que se pregona por los “dinosaurios” del FPC como por ejemplo Millonarios, Nacional, Santa Fe se ve nítidamente manifestado en el seguimiento y devoción por los juegos de su equipo favorito cuando sale a SU terreno, decir el respaldo INCONDICIONAL de su fanaticada.
Pero últimamente ha quedado comprobado con cifras que escuadras como Cúcuta Deportivo y la ciudad que representa también pueden figurar en los medios sin ser considerados “GRANDES” y sin ser primeros; ¿cómo? Pues siendo GRACIAS A SUS SEGUIDORES el equipo que más hinchas lleva a su estadio cuando juega sus partidos de local.
La más sencilla y espontanea demostración de afecto y de orgullo por un sentimiento en Ibagué NO EXISTE, NO SE CULTIVA, NO SE PRACTICA: ir al estadio a ver al Tolima. Lo peor de todo es que del tema se habla desde hace mucho tiempo, pero nadie ha pasado del sustantivo al verbo, sólo se va a reaccionar cuando los golpes anunciados con anterioridad hagan su efecto sobre lo que dicen muchos admirar y seguir.
Nota: pido excusas si llegué a herir susceptibilidades en los tres mil seguidores fieles del Deportes Tolima. Para ellos el más grande de los reconocimientos por su compañía en las buenas y en las malas.