Por: Mario Alejandro Rodríguez (alhejo@periodistas.com)
Un profesionalismo que vive a flor de piel y el gran amor por la camiseta vinotinto y oro, son las dos principales cualidades del capitán del Deportes Tolima, Gerardo Enrique Vallejo Matute, que con sudor en la casaca, lágrimas en las derrotas, trabajo honesto en las prácticas y buen fútbol en el terreno de juego se ha ganado un lugar de honor en el corazón de la exigente afición tolimense.
Con 33 años en su cédula, siendo esta edad el símbolo de su experiencia más no de su “vejez” (como pensarían algunos), el lateral derecho antioqueño ha pasado por varios clubes en el rentado nacional colombiano, teniendo continuidad y gratitud en su trabajo sólo con la escuadra ibaguereña. El zaguero, despuntó en el balompié local vistiendo la camiseta del Envigado F.C, a mediados de la década de los 90.
Posteriormente, fue adquirido por el Deportivo Cali, con el que actuó desde 2001 hasta el 2003, sin ser gran protagonista con el equipo azucarero. No obstante, en varias ocasiones fue convocado a la selección Colombia absoluta, por pedido expreso del entonces director técnico del combinado patrio, el profesor Francisco Maturana, jugando la Copa Confederaciones de países en territorio francés.
Tras el título del cuadro musical en el segundo semestre de 2003 y la participación del club en la Copa Libertadores del 2004, el defensa fue traído a reforzar la línea defensiva de la institución.
Sin mucha fama, el profesional arribó a la ciudad de Ibagué donde fue labrando su exitosa campaña al servicio del D.T. con el cual participó en la primera fase del evento internacional sin mayor fortunio. Igual suerte tuvo en primer semestre del 2005 tras regresar del Cali donde estuvo el segundo semestre de 2004. Esta campaña del pijao contó con la eliminación del club tolimense de la final con 13 puntos por Atlético Nacional que sumó 14 unidades y fue a la postre el campeón.
El momento cumbre del Vallejo con el vinotinto fue sin duda el subcampeonato de 2006. El conjunto de jugadores dirigidos por el estratega Jorge Luis Bernal pusieron a soñar al pueblo pijao un nuevo título después de tres años de amargas decepciones. Un futbol totalmente estético, ofensivo pero a la vez equilibrado en defensa fue la premisa de este equipo que tuvo en Gerardo un líder ideal.
Pero la suerte ese semestre no estuvo del lado del Tolima que tuvo que sufrir la desdicha de la derrota ante un estadio colmado para verlo triunfar. Sin duda Gerardo sintió esa pérdida como cada uno de los acongojados aficionados ese 20 de diciembre de 2006.
Tras un regular semestre en el 2007, cuando el equipo participó en la Copa Libertadores, Vallejo y el Tolima levantaron nivel para el segundo semestre donde estuvieron en los primeros lugares del campeonato. Este buen nivel le sirvió para ser llamado nuevamente a la Tricolor, esta vez dirigida por Jorge Luis Pinto; jugando la Copa América de 2007 y el comienzo de la Eliminatoria Mundialista Sudáfrica 2010.
Por otro lado, el 2008 no volvió a tener un comienzo óptimo para el club, ni para este jugador. Pese a su entrega en cada partido del Apertura no pudo hacer mayor cosa para evitar la crisis que se desató tras el último lugar del Tolima, con 15 puntos de 54 posibles.
Sin embargo, como lo suelen hacer los varones en los malos momentos, el crédito de Medellín salió a “dar la cara” a la hinchada y a dar una explicación ante el mal momento del club, como tenía que ser. En ese instante se conoció qué estaba hecho el capitán, y con ese gesto demostró al público en general su entero compromiso con el bienestar del Deportes Tolima.
“Después de la tormenta viene la calma”, y así lo vivió en el segundo torneo del año tanto el vinotinto como el líder del grupo. Una campaña ideal que dejó el mar de críticas y acusaciones de la regular actuación en el primer campeonato. Catorce fechas en lo más alto del tablero de posiciones y un cuadrangular aceptable fue la constante del Tolima que venció a grandes y a chicos, pero que le faltó “cinco centavos para el peso” en pro de conseguir un tiquete a la gran final del Mustang 2 2008.
Solo un momento desagradable vivió Vallejo este año, con respecto al sonado tema de las presuntas amenazas de las que se dice fue objeto por parte de dirigentes del Envigado F.C., que fueron desmentidas por él contrariando la versión de su jefe, el Presidente del club Gabriel Camargo. De resto las celebraciones hicieron parte de su cotidianidad en un grupo de elementos competitivo y unido.
En varias oportunidades las excelentes ofertas de salir a competir defendiendo la camiseta de otra escuadra hicieron pensar en la opción de que el jugador antioqueño decidiera dejar el club ibaguereño. Esta posibilidad aumentó aun más cuando se anunció la no salida de la institución para el año 2009.
Pero pudo el amor de seguir siendo el Ídolo de los aficionados, y contrario a la falta de recursos, Vallejo se quedó en el equipo donde hoy en día es inamovible del esquema táctico de Hernán Torres; de nuevo líder con el equipo musical y protagonista de primer orden en el fútbol nacional.
Ojalá por el bien de este baluarte pijao vuelva a recibir el chance de pertenecer a la selección nacional, bajo la tutela del profesor Eduardo Lara Lozano. Este es un reconocimiento al gran capitán, coreado cada tarde por la lateral y presente siempre en los afectos del hincha tolimense.