POR: MARIO ALEJANDRO RODRÍGUEZ (alhejo@periodistas.com)
Ante el juego de un muy buen rival el Deportes Tolima sumó su primera derrota en lo que va corrido de los cuadrangulares semifinales, con la amargura de haber podido sacar un buen resultado en condición de visitante. El estadio Palogrande de la ciudad de Manizales fue testigo de un buen encuentro, pero que lamentablemente para el beneficio del club “pijao”, no contó con la puntería necesaria para en el segundo tiempo haber sentenciado la historia a su favor.
Con un modulo tatico distinto al habitual 4-4-2 , el club de Ibagué que tenia ausencias como la Darío Alberto Bustos y Gustavo Bolívar tuvo que reorganizarse e improvisar jugadores para esta ocasión. Caso concreto de ello fue la inclusión de Wilmer Díaz como lateral derecho que pese a haber realizado esta función en el Deportivo Pasto se le notó falencias; normales por demás si tenemos en cuenta que es un neto defensor central.
A su vez, la aparición de Javier Valencia (de buen partido en la ciudad de Tunja en el empate frente al Boyacá Chicó), no fue la ideal para este juego. El sector de recuperación del “vinotinto” no tuvo un buen comportamiento en la capital de Caldas y fue superado con creces por la pareja Viáfara – Casanova (autor de uno de los dos goles por medio de su buena pegada), los dos elementos de marca que se encargaron de poner a funcionar a todo el andamiaje “albo” y que mediante la media distancia y la salida por la banda derecha inclinaron la balanza a favor del local.
En el segundo tiempo, cuando el rendimiento colectivo del equipo había mejorado, la falta de puntería y de claridad en la definición fue la causa que hizo que el elenco “musical” por lo menos no se llevara un empate del césped manizalita. Medina tuvo dos opciones claras de vencer el pórtico de Landázuri, pero la frialdad que se le conoce a la hora de marcar goles en la noche anterior no lo acompañó, permitiendo en una ocasión el contragolpe que generó a los 14 de la complementaria el tanto del Once a través de Fano.
Como reza el sabio adagio futbolero, “El que no los hace, los ve hacer” y en siete minutos el dueño de casa sacó adelante un partido que por defecto era complicado. El técnico Torres al ver que el partido se había salido de las manos en zona superior trató de recomponerlo y de darles importancia nuevamente a los atacantes del Tolima, pero ni el ingreso de Arizala después del primer gol del Caldas, ni el de César Rivas pudieron evitar la caída pijao.
COMO CONCLUSIÓN el partido se perdió por dos factores claramente evidenciados, uno la mala recuperación y le otro la falta de definición en momentos claves del encuentro. La gran actuación de las “flechas” del D.T. en el Murillo Toro frente a este mismo rival no se vio, lo cual reafirma otro dicho típico del argot del balompié: “cada partido es distinto”.
El miércoles puede ser la oportunidad perfecta para enderezar el camino rumbo a la gran final. El rival, Boyacá Chicó, equipo que viene con la autoestima alta, luego de vencer en su casa a Equidad seguros. Que por el bien del representante de la tierra firme vuelvan a aparecer los goles en los pies de los artilleros “pijaos”.