POR: MARIO ALEJANDRO RODRÍGUEZ (alhejo@periodistas.com)
Lo trajeron al Deportes Tolima como el gran goleador. Gabriel Camargo decidió confiar en él, como uno de los mejores refuerzos del cuadro musical para el segundo semestre del 2008. Y con la publicidad de la que vino precedido, más las recomendaciones de su empresario, el también paraguayo Julio Javier Doldán (aquel personaje que estuvo en la plantilla del Tolima versión 94) todo pintaba para que el delantero la “rompiera” con la vinotinto y oro.
Sin embargo, un solo gol en el torneo colombiano y uno en la Copa Colombia Postobón lo ponen en la palestra pública ante la improductividad de su juego.
Y siendo un crédito internacional con 25 años de edad su responsabilidad para con la institución AUMENTA. ¿Por qué? Sencillo. Porque gana más que algunos de los atacantes presentes en la nómina, él cobra en dólares y fue traído para hacer goles, los cuales a pasar de su trabajo no se han visto en cantidades; contrario a la imagen que nos vendieron en julio del año pasado. El entonces artillero de la segunda división paraguaya con el Cerro Porteño Franco impidió indirectamente que se incluyera en la nomina profesional a Fernando Oliveira, que aunque poco había demostrado con 12 goles en el vinotinto y oro argumentos como para recibir una segunda oportunidad en Ibagué. No obstante, el rechazo del club al brasilero parecer ser que compete otros aspectos distintos al futbolístico.
La pregunta que surgió entre los aficionados al momento de su contratación es el por qué había desechado una tentadora oferta del Tampico Madero Fútbol Club, equipo de la segunda división del fútbol mexicano, si este balompié paga muy bien por los elementos foráneos. En forma extraña el jugador optó por Colombia y más exactamente por el D.T. al que arribó con opción de compra, hecha efectiva por la directivas rápidamente. Y no es por falta de opción de figurar en el campo que el atacante no ha despegado con el club ibaguereño, sino tal vez por falta de capacidades técnicas. Por lo que se ha observado sus movimientos no son rápidos, son predecibles y fáciles de conjurar para la defensa rival, en comparación con los demás atacantes del Tolima. Es una especie de 9, un cabeza de área que recibe la pelota a los pies, pero que no ha castigado las redes contrarias con la eficacia que debería tener, en estos ocho meses que han trascurrido desde su arribo a la ciudad.
El único gol que tiene en su haber por Copa Mustang fue en la victoria 2 a 1 del Deportes Tolima frente al Cúcuta Deportivo, el 24 de agosto de 2008, cuando un potente remate desde fuera del área chica le permitió celebrar su primera y única anotación en el país en el año 2008. En lo que tiene que ver con Copa Colombia su participación ha sido pobre; ya que sólo hasta el pasado miércoles volvió a aparecer en el grupo, como hombre titular. Ante el Deportivo Pereira anotó un gol de cabeza, promediando el minuto 15 de la segunda mitad. De resto en su actuación reinan las frustraciones y el soportar el banco de suplentes, ante el nivel superior de sus compañeros.
Para el análisis queda que un equipo en crisis monetaria, con déficit en sus finanzas mensuales, sin un patrocinio consolidado que brinde respaldo para el presente año y con el poco acompañamiento de su hinchada tenga que pagar los servicios de un profesional que con sus características se encuentran por montones en nuestro territorio. Este tipo de contrataciones, con el debido respeto que se merecen todos los implicados en el asunto, son la principal fuente de las falencias económicas que vivimos.
Es válido mencionar solamente como ejemplo el fiasco de los también paraguayos Adilio Mora, César Cáceres y Carlos Gonzáles con la vinotinto, los volantes brasileros Gauchinho y Alex Da Rosa, el atacante Jeffferson Gamma que nuca jugó, y el delantero argentino Héctor Núñez; traído como un goleador de raza, aunque con la divisa de Ibagué no marcó ni un solo tanto; entre otros más que se escapan entre las páginas olvidadas del club.
Todavía hay hinchas y periodistas que confían ciegamente que este caso sea como el del bombardero gaucho Juan Gilberto Fúnez, (perdón por la comparación) que luego de no convertir por meses se enfrascó en una larga racha goleadora con Millonarios y River. Por eso se espera ansiosamente que Cáceres se destape con sus goles, pero hasta el momento el nombre de José Benjamín va ligado a una sola palabra que encierra el pensamiento general del hincha en torno al tema: FRACASO.