POR: MARIO ALEJANDRO RODRÍGUEZ (alhejo@periodistas.com)
Como decepcionante, no se podría calificar de otra manera la pésima respuesta de los aficionados del Deportes Tolima en las tribunas del Manuel Murillo Toro en la tarde de ayer, cuando el cuadro comandando por el técnico tolimense Hernán Torres venció en forma clara dos goles a cero al Real Cartagena y asumió, después de dos meses de competencia el liderato de la Copa Mustang 1 2009. Tan sólo 4.698 espectadores, que dejaron en taquilla alrededor de cincuenta millones de pesos aproximadamente, en un cotejo que merecía la presencia de mínimo quince mil personas pagando.
La tarde era esplendorosa y soleada. El rival, atractivo; si tenemos en cuenta que el conjunto heroico era hasta ayer el cuarto en el tablero general de posiciones, con 15 puntos. Y si analizamos los argumentos para ir a ver al entonces segundo del campeonato era más que convincentes, ya que con una victoria en casa y un desliz del Cali en Bogotá (tal como aconteció) el vinotinto y oro, el mismo equipo que amagó a través de su presidente de no hacer parte de la competición se ubicaría en la cima, en la punta como líder absoluto del Apertura.
A pesar de la magnífica situación deportiva del grupo de jugadores, la fanaticada en su gran mayoría (exceptuando a los hinchas fieles que nunca abandonan al equipo) le incumplió de nuevo la cita a lo que dicen llamar su “amor”, en COMPROMISO que tienen cada domingo en el césped del Murillo y lo hicieron pasar (como es habitual) el ridículo ante el país futbolero en lo que concierne al apoyo recibido en su predio. Definitivamente La semana santa NO ERA EXCUSA VÁLIDA para no asistir masivamente a ver al representativo de nuestra tierra, como tampoco lo es que Ibagué es la ciudad más desempleada de Colombia.
El reloj marcaba las dos y cincuenta minutos de la tarde del domingo de ramos y menos de dos mil personas habían ingresado al escenario. Al inicio del partido el número se acercó a los tres mil quinientos y media hora después del pitazo inicial el número se acerco a la cifra entregada por la logística. De la cifra inicial ni los rastros y la compañía terminó siendo la misma, la INCONDICIONAL.
En mi caso, la cara de desencanto al arribar al Coloso de la 37 fue el reflejo quizás del mismo gesto de tristeza de don Gabriel Camargo y sus colaboradores al hacer presencia en el escenario, donde la gente no responde al llamado urgente que su club en la cancha hace cada partido con la más infinita entrega y sacrificio en pro de la victoria, mostrando en cada ocasión la NEGLIGENCIA por su estado económico. Una problemática de varios años en cuestión de dinero se revive cada jornada en el torneo regular pero se olvida mágicamente en época de finales.
Sin duda y retomando este ultimo ámbito, la situación financiera del club es la que más se reciente con este pobre promedio para la primera escuadra del certamen. La institución profesional ibaguereña, que como todos sabemos no cuenta con un sponsor oficial que aporte una cantidad considerable de capital para su sostenimiento, subsiste en gran parte con las recaudaciones en cada encuentro, las cuales son lamentables si se pretende ser protagonistas de primer orden en el rentado nacional. Aunque por otro lado hasta el momento el papel de los directivos pijaos no ha sido el mejor para capturar y enamorar al seguidor del vinotinto con estrategias publicitarias novedosas y marketing organizado.
No debiera ser así, pero una vez más queda demostrado que el hincha del común del Tolima es un hincha frio, que no siente verdaderamente lo que significa amar y acompañar a un equipo de futbol y se mueve por la importancia de los rivales, mas no por la actualidad de su plantilla.
Se pelea permanentemente por el derecho la permanencia del equipo en la ciudad, a su vez por el mal manejo de su presidente y máximo socio como cabeza visible de la Corporación sin amino de lucro y la renuncia del mismo como parte activa del club, se reúnen firmas para esto y lo otro pero cuando las palabras y la promesas no pasan a los hechos concretos, la AUTORIDAD MORAL que alegan tener muchos para reclamar y protestar ante la arbitrariedad DESAPARECE, en el momento de que incumplen su obligación tácita con su Orgullo. Con esto no estoy apoyando la regular gestión de Camargo, sino que cuando una comunidad no se hace respetar en el Estadio, y le importa cinco ir a verlo no hay mucho por decir ni EXIGIR.
La pregunta es en verdad, qué equipo merece la afición del pijao; ¿un equipo puntero durante todo el campeonato, con el fútbol práctico y efectivo en puntos a lo que nos enseñamos durante la última década, o un grupo de “media tabla”, acorde con las malas asistencias, sin aspiraciones de titulo y disputando el derecho a la categoría? Considero que es el momento de reaccionar y cambiar el rumbo de algo que seguramente puede tener un desenlace negro. Ya hay tres campanazos de alerta, el último en enero de este año. El próximo no será una falsa alarma, puede ser el adiós definitivo.